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miércoles, 18 de junio de 2008

Entrevista con Shinzen Young por Charles T. Tart, Miembro del Institute of Noetic Sciences

En la meditación sencillamente observamos la mente y el cuerpo según se experimentan en el momento presente. Si resulta que están perdidos en ilusiones de toda índole, entonces nuestra tarea consiste simplemente en seguir la pista, en tiempo real, del transcurso de la ilusión, experimentar sus idas y venidas, en vez de intentar deshacernos de ella. Al menos esa es una manera de abordar la meditación.
La “atención consciente”, entonces, es el primer axioma. El segundo axioma es el de la “ecuanimidad”, es decir, es deseable no apegarse u obstruir el flujo del proceso mente-cuerpo. Nuestra tendencia común es apegarnos u obstruir, fijar o congelar el proceso continuo de conciencia y eso es lo que nos trae una sensación de limitación y sufrimiento.
Así que nos sentamos y comenzamos a observar, a desarrollar mayor claridad. Hacemos un esfuerzo consciente por aceptar este proceso de momento a momento, tanto como nos sea posible.
El tercer axioma es el de la “realización”. Este axioma afirma que cuando meditamos de acuerdo con los primeros dos axiomas, se dan transformaciones internas importantes. Estas culminarán con algunas experiencias muy dramáticas que representan transformaciones permanentes, de manera tal que ya no nos sentimos atrapados en el proceso mente-cuerpo. Por lo tanto, realizaremos un sentido de libertad y plenitud constante, duradero e independiente de condiciones y circunstancias.
Hay un cuarto axioma que llamo “el axioma de la consistencia”. Pueden surgir reacciones como resultado de observar el proceso mente-cuerpo-reacciones, tales como el miedo, la alegría, el aburrimiento y la irritación. Estas reacciones son parte del proceso mente-cuerpo y deberán ser observadas consistentemente por sí solas con atención consciente y ecuánime.
Por ejemplo, usted me ha dicho que cuando trata de tan sólo observar la tensión, se siente aburrido y fastidiado. El aburrimiento y el fastidio son reacciones a su intento de observar. ¡Observar el aburrimiento y el fastidio! ¿Cómo observarlos? Pues bien, el aburrimiento y el fastidio sólo se presentan a través de dos “puertas”. La primera es la puerta del pensamiento: las ideas, los conceptos, las imágenes, el diálogo interno. La segunda es la puerta de la sensación: las sensaciones que surgen en el cuerpo. Nótese el contorno y la cadencia del pensamiento. Nótese los sabores y las localizaciones de las sensaciones en el cuerpo. Primero observamos la tensión y después reaccionamos, sintiéndonos aburridos e irritados. El aburrimiento se convierte en el fenómeno que sobresale. De manera que hay que observar dicho fenómeno, aplicando los primeros dos axiomas consistentemente.